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ACI Medellín: El poder de las alianzas con el mundo para impulsar el desarrollo sostenible

La pospandemia a la que América Latina se enfrenta, representa uno de los desafíos más grandes de los últimos años para nuestro continente. Este contexto no solo nos lleva a replantear las estrategias de internacionalización, sino a ampliar la visión y las acciones comunes que debemos acoger para enfrentar las consecuencias que nos deja la pandemia.

Para las personas que no sepan, Medellín es una de las ciudades más densamente pobladas del mundo, con índices de desigualdad social aún enormes, y esto sin duda, representa un reto inmenso para la planeación urbana estratégica de la ciudad. La redensificación, la lucha por la igualdad social y territorial, así como pensar el territorio en clave de ciudad región, son imperativos para construir una ciudad y Área Metropolitana más equilibrada y socialmente más incluyente. Es claro que esa redensificación debe sortear grandes retos con cohesión social, el espacio deseable por metro cuadrado por persona, zonas verdes y más espacio público, tal como lo contempla la línea estratégica del Plan de Desarrollo 2020-2023 Medellín Futuro que no es otra cosa que hacer de Medellín una Ecociudad.

Para Medellín los escenarios adversos ya son conocidos, nos levantamos de un pasado complejo y doloroso con base en voluntad y trabajo conjunto entre la academia y el sector público y privado, y es gracias a ello que es reconocida en el mundo por ser una ciudad resiliente e innovadora. Hoy Medellín se proyecta como una urbe más sostenible, con una vocación económica que fortalece la educación y la innovación en sectores de la Cuarta Revolución Industrial.

Nuestro rol en la Medellín Futuro

En la ACI Medellín creemos en el poder de las alianzas con el mundo para lograr el desarrollo sostenible y construir un mejor lugar para la gente. Este enunciado es nuestra fuente de inspiración para sumarnos al desarrollo de la ciudad. Las herramientas para lograrlo son dos: cooperación internacional para comparar estrategias urbanas con otros territorios y evidenciar lo que nos funciona y lo que no, mediante intercambio de conocimiento; y la atracción e inversión extranjera para fortalecer el desarrollo económico y generar empleos y oportunidades para los/as medellinenses.

En esas dos vías nos movemos, con la particularidad de ser una agencia de cooperación e inversión con presupuesto 100% público y la única en cooperación a nivel de agencia en el país. Ambos conceptos en la entidad los ponemos a conversar para lograr espacios de conexión con las empresas instaladas en la región, por su interés de hacer inversión de impacto al desarrollo y cumplir con metas de la agenda 2030.

La rareza de la composición de nuestra agencia también es nuestra fortaleza. La cooperación internacional es más fuerte desde un punto descentralizado, esa modalidad ha permitido que los gobiernos locales ganen experiencia y ha dinamizado las estrategias de internacionalización.

En el caso de la ACI Medellín, tener autonomía para la gestión en la cooperación nos ha permitido dialogar directamente con otras ciudades y gobiernos, y por ello hemos obtenido grandes resultados a favor de numerosos proyectos de inclusión social, educación, movilidad y seguridad, entre otros. La cooperación descentralizada es vital para nuestras ciudades, ya que estamos más cercanos a la población y a sus problemáticas.

Actualmente la agencia goza de muy buena reputación porque adicional a construir relaciones de confianza con aliados internacionales, lo hacemos a nivel nacional y local. Somos un actor que convoca y que le deja a la ciudad importantes beneficios que se evidencian en el indicador de Retorno de la Inversión (ROI), que señala que por cada peso invertido en el funcionamiento de la ACI Medellín, se reportan a la ciudad 261 pesos en inversión y 7 en cooperación.

¿Hacia dónde va la cooperación internacional?

En la ACI Medellín llevamos esta estrategia hacia la cooperación triangular. Es paradójico, aunque la ciudad mantiene problemas de desigualdad, su crecimiento y carácter metropolitano con cerca de 4 millones de habitantes, así como la experiencia ganada en el tiempo, llevan a que la ciudad no sea priorizada por el Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) como receptora de cooperación financiera.

La evolución de Medellín ha sido notoria y por eso debemos adaptarnos al nuevo entorno de la cooperación, a los flujos y a las nuevas mecánicas de triangulación que nos permitan intercambiar buenas prácticas. Adicional a esto, desde el año pasado Colombia pertenece formalmente a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), y esto conlleva otras obligaciones y a que nos vean de otra forma.

En el esquema de cooperación triangular tenemos muchas experiencias para compartir con otras ciudades en temas como: movilidad sostenible, resiliencia, construcción de paz, cultura y educación. Medellín ha sido un laboratorio de experiencias vivas que aún tiene mucho para ofrecerle a otras ciudades.

Reflexiones y retos

Si la cooperación está disminuyendo para países de renta media, ¿significa que las agencias de cooperación están perdiendo protagonismo? ¿O les toca interpretar el contexto y hacer cosas distintas?

Creemos que lo segundo. Como lo explicaba en líneas anteriores sobre el enfoque de la cooperación, también tenemos retos por delante como hacer una efectiva evaluación del impacto que tiene la cooperación y la inversión extranjera directa en el territorio.

La desigualdad social en Colombia se mantiene, todavía pueden verse en Medellín asentamientos informales que nos llevan a pensar en innovar para hacer barrios más dignos. Las agencias de cooperación de Latinoamérica debemos estar integradas a la nueva agenda urbana e incidir en la planeación de un modelo urbano más sostenible y adecuado para las personas.

En materia de atracción de inversión, la reflexión que dejo es la promoción de proyectos que sean coherentes con el desarrollo territorial. Esto lo venimos haciendo con la búsqueda de empresas de base tecnológica que sumen a la estrategia de Valle del Software.

En un mundo tan cambiante, la labor de las agencias de cooperación será encontrar soluciones a problemas comunes como el cambio climático y ahora más reciente, la recuperación social después de la pandemia. La Covid-19 dejará huecos no solo en la economía sino en los tejidos sociales de nuestra población, el desempleo o las afectaciones a la salud mental deberán ser un norte para enfocar estrategias que permitan mejorar la calidad de vida de nuestra gente.


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