Ciudades CIDEU, Género

Fondo violeta: resiliencia que transforma a Cuenca en una ciudad libre de violencias

En Cuenca, Ecuador, la prevención y erradicación de la violencia de género ha encontrado un nuevo impulso, gracias a la implementación del Fondo Violeta, una política pública pionera que, desde mayo de 2023, busca transformar la atención integral a mujeres víctimas de violencia. Esta iniciativa evidencia cómo una ciudad puede construir, desde la voluntad política y el enfoque de derechos humanos, una respuesta sostenida, territorializada y efectiva frente a un problema estructural que afecta a 8 de cada 10 mujeres en la ciudad (ENVIGMU, INEC 2019).

Un liderazgo local que traduce leyes nacionales en acciones concretas

La creación del Fondo Violeta surge como un esfuerzo decidido de la administración municipal, con raíces en el trabajo del concejo local, para aterrizar la Ley Orgánica Integral para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, en la realidad específica de Cuenca. La ordenanza que establece el fondo asigna un presupuesto anual de 500.000 dólares para financiar proyectos y programas que realizan acciones de prevención, protección, atención integral y reparación adaptando así las políticas nacionales a las particularidades sociales y territoriales de la ciudad. Esta herramienta no solo representa un fondo económico, sino un mecanismo integral que articula en la atención integral a hijos e hijas de víctimas de femicidio, mujeres víctimas de violencia, profesionales que realizan atención, hombres agresores voluntarios o derivados del sistema de justicia. 

Ejes estratégicos que transforman vidas y territorios

El Fondo Violeta centra sus esfuerzos en seis grandes ejes: la protección a hijos a hijas de víctimas de femicidio, la atención en salud mental especializada para mujeres, sus familias y profesionales que dan atención en las instituciones locales, la prevención estructurada desde la reeducación de hombres agresores, la comunicación para la prevención integral en todo el territorio del cantón, dispositivo de auxilio inmediato y emprendimientos económicos que buscan generar autonomía económica de las mujeres víctimas de violencia y de los huérfanos-huérfanas por femicidio  y el fortalecimiento del sistema integral de protección.

La estrategia operativa del Fondo violeta se basa en una descentralización territorial que, mediante los nodos establecidos en el plan de ordenamiento territorial, permiten llegar a zonas rurales y urbanas históricamente desatendidas. Así, desde las acciones del fondo, se amplía la cobertura en el cantón, se mejora la capacidad de respuesta, se reducen barreras culturales y geográficas, y se genera un modelo de atención integral que busca reconstruir proyectos de vida y promover la resiliencia.

Estrategias tecnológicas como la Consola Violeta, garantizan una respuesta inmediata de apoyo especializado, contención y derivación a atención especializada. Esta se da de manera oportuna y coordinada entre los servicios locales de todas las instituciones que integran el Sistema Cantonal de prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres en Cuenca. Entre ellos, se incluyen los servicios municipales para lo que se han construido rutas de amplia difusión que concretan una respuesta de calidad ante casos de violencia.

Avances, retos y sostenibilidad

Esta política representa un salto cualitativo, que debe superar varios desafíos: la arraigada violencia simbólica y cultural, la insuficiencia de cobertura en la totalidad de grupos vulnerables, la necesidad de programas de atención específicos para hijas e hijos de víctimas de femicidio, y el fortalecimiento de la sostenibilidad del fondo.

Un aspecto clave para superar estos retos, es la gobernanza participativa, que se logra a través de una Comisión Técnica interinstitucional y paritaria, que asegura transparencia, pertinencia territorial y legitimidad social, y que tiene como rol fundamental orientar estratégicamente la implementación y desarrollo de acciones del fondo. Adicionalmente, la sostenibilidad del Fondo Violeta demanda la consolidación del compromiso político y la ampliación de alianzas con actores públicos y comunitarios para institucionalizar unos servicios que tendrán una demanda incremental en el tiempo.

Un aporte fundamental a la estrategia urbana sostenible

Más allá de su función social, el Fondo Violeta se inserta estratégicamente en la política urbana de Cuenca, poniendo la igualdad de género y la erradicación de la violencia como piezas centrales del desarrollo sostenible. Este enfoque supone repensar las ciudades no solo como espacios construidos, sino como entornos sociales y culturales donde las mujeres tienen protagonismo en la gestión y la transformación comunitaria.

Este compromiso se plasma claramente en el Informe Local Voluntario 2024, donde Cuenca reporta avances en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, priorizando el ODS 5 de Igualdad de Género. La política del Fondo Violeta aporta indicadores concretos sobre los temas clave de cada uno de los ejes: culminación de estudios, desarrollo saludable de huérfanos y huérfanas por femicidio, autonomía económica, salud mental, participación económica, cobertura de acciones de prevención en todo el cantón, indicadores de calidad de los servicios, y reducción de las cifras de la violencia contra las mujeres en todos los ámbitos y tipos definidos en la ley. Esto consolida el papel de la ciudad como referente en el cumplimiento de estándares internacionales con un enfoque local.

Simultáneamente, esta política contribuye al cumplimiento del ODS 11, asegurando que el desarrollo urbano responda con equidad a factores sociales y culturales, impulsando una ciudad más justa, resiliente y sostenible.

Proyección internacional del proyecto

El Fondo Violeta ha sido el proyecto ganador en la convocatoria “Mujeres en Resiliencia”, que busca destacar y visibilizar proyectos y políticas públicas implementados por ciudades y/o áreas metropolitanas de todo el mundo, que incorporen la perspectiva de género y reduzcan las brechas de desigualdad en los esfuerzos de construcción de resiliencia comunitaria. Esta iniciativa es impulsada por el Instituto de Planeación y Gestión del Desarrollo del Área Metropolitana de Guadalajara (IMEPLAN) y el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), en el marco del proyecto Metro Resilience Guadalajara (MRG), financiado por el programa “Asociaciones para Ciudades Sostenibles” de la Unión Europea. Además, se trabaja en colaboración con redes de ciudades como Resilient Cities Network (R-Cities), la Asociación Mundial de las Grandes Metrópolis (Metrópolis) y CIDEU.

Reflexiones para avanzar

El caso de Cuenca muestra que la combinación de voluntad política, presupuesto específico y un diseño intersectorial puede generar transformaciones profundas. Sin embargo, la sostenibilidad y escalabilidad del Fondo Violeta requieren atender los desafíos culturales y sociales más arraigados.

Es imprescindible fortalecer la mirada interseccional para incluir a mujeres indígenas, migrantes, con discapacidad y de sectores más vulnerables. También es clave trabajar en sinergia con otros municipios para replicar experiencias y construir redes de apoyo.

Entre las preguntas que animan el debate están: ¿Cómo garantizar que estas políticas traspasen administraciones y se mantengan vigentes a largo plazo? ¿De qué modo se puede articular aún más la prevención, atención y empoderamiento para erradicar la violencia estructural? ¿Cómo involucrar más activamente a hombres y comunidades en procesos sostenibles de transformación social?

Conclusión

El Fondo Violeta representa una apuesta integral, novedosa y valiosa en la lucha contra la violencia de género en Cuenca, al tiempo que impulsa una visión de desarrollo urbano sostenible con perspectiva de género. Su impacto va más allá de la asistencia inmediata, sentando las bases para una ciudad que camina hacia la justicia social, la equidad y el respeto pleno de los derechos humanos.

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Ciudades CIDEU, Congreso CIDEU

Gobernanza colaborativa: una hoja de ruta común para transformar nuestras ciudades

En el marco del XXVII Congreso de CIDEU, celebrado en Tunja, Colombia, con el tema “Gobernanza colaborativa hacia un futuro sostenible”, se consolidó un nuevo hito para el trabajo en red entre ciudades iberoamericanas.

Durante el encuentro, las ciudades y entidades miembros compartieron experiencias, desafíos y estrategias en torno a cómo están colaborando con otros municipios y organizaciones para solucionar desafíos complejos que trascienden las fronteras administrativas y requieren respuestas coordinadas, como la gestión de los recursos naturales, la movilidad y el transporte, la prestación de servicios públicos, y la necesidad de equilibrar el desarrollo económico con la sostenibilidad ambiental.

Uno de los momentos centrales del congreso fue la reunión de la Asamblea General de CIDEU, en la que las ciudades y entidades socias de la red suscribieron la Declaración de Tunja 2025. Esta declaración reafirma la necesidad de fortalecer la gobernanza colaborativa como estrategia fundamental para afrontar los retos urbanos actuales.

A través de esta declaración, las ciudades se comprometieron a trabajar de forma articulada, tanto dentro de la red como en sus propios territorios, en torno a ocho ejes estratégicos:

🟣 Principales compromisos de la Declaración de Tunja 2025

  1. Impulsar una agenda común para promover la gobernanza colaborativa como pilar central de la gestión local y regional hacia territorios sostenibles.
  2. Fomentar una planificación estratégica territorial con visión supramunicipal, que aborde retos compartidos más allá de las fronteras administrativas.
  3. Desarrollar modelos de gestión innovadores que integren soluciones coordinadas entre administraciones y promuevan alianzas entre actores públicos, privados y comunitarios, basadas en el diálogo, la corresponsabilidad y la transparencia.
  4. Construir un concepto común de gobernanza colaborativa, centrado en las personas, con perspectiva de derechos, inclusión, equidad, género y diversidades.
  5. Aprovechar la innovación tecnológica y el enfoque de ciudades inteligentes, para transformar la gestión pública y fortalecer la transparencia.
  6. Promover la resiliencia climática, impulsando políticas y acciones para mitigar los impactos del cambio climático y reducir la vulnerabilidad de los territorios.
  7. Fortalecer el posicionamiento internacional de las ciudades, como actores clave en múltiples escalas del desarrollo sostenible.
  8. Diseñar e implementar instrumentos financieros eficaces e innovadores, que aseguren la prestación de servicios de calidad bajo esquemas colaborativos y multinivel.

Con esta declaración, las ciudades de CIDEU reafirman su compromiso con la Agenda 2030, la Nueva Agenda Urbana y la construcción de una comunidad de territorios conectados, equitativos y sostenibles.

El congreso CIDEU deja como legado un llamado colectivo a profundizar la colaboración, fortalecer capacidades institucionales y avanzar hacia una gobernanza transformadora que responda a las necesidades y aspiraciones de las personas.

📄 Consulta la declaración completa aquí: Declaración de Tunja 2025

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Ciudades CIDEU

Política de transversalización de género en la Intendencia de Montevideo: buenas prácticas y desafíos

La transversalización de la igualdad de género es una estrategia que se desarrolla en la Intendencia de Montevideo desde hace más de dos décadas. En estos años se han diseñado, implementado y evaluado tres planes de Igualdad[1]; actualmente el instrumento que orienta la política de transversalidad es la Estrategia para la Igualdad de género de Montevideo 2021 – 2025 (EIGM).

7.º Encuentro de equipos de igualdad departamentales y municipales, centro de conferencias de la Intendencia de Montevideo. Setiembre de 2023.

La política de transversalidad en Montevideo es impulsada por un amplio entramado institucional, integrado por la División Asesoría para la Igualdad de Género como mecanismo rector, funcionariado de diferentes áreas y unidades y por representantes de la sociedad civil. Estos actores trabajan de manera articulada desde los equipos de igualdad, creados en el año 2013 para la elaboración del 3er. Plan de Igualdad. Los equipos de igualdad ocupan un rol clave en este entramado, sosteniendo, enriqueciendo y profundizando la inclusión de la igualdad de género como eje sustantivo de las políticas del gobierno de Montevideo. Estos equipos funcionan en las distintas dependencias de la Intendencia (2do nivel de gobierno) y en los Municipios de Montevideo (3er nivel de gobierno) y tienen como principal cometido referenciar los procesos de incorporación de la perspectiva de igualdad de género en las políticas principales de su ámbito de incidencia. Están integrados por funcionariado de las distintas dependencias y en el caso de los equipos de igualdad de los municipios, también están integrado por sociedad civil (a través de organizaciones, grupos de mujeres e integrantes de concejos vecinales, entre otros), siendo promotores fundamentales de la capacitación y sensibilización del funcionariado y la ciudadanía en la temática.

La construcción e implementación de la política transversal de igualdad de género prioriza la participación de la más amplia variedad de actores institucionales tanto del segundo como del tercer nivel de gobierno de Montevideo, procurando alianzas estratégicas para la generación de acuerdos y compromisos colectivos. La Estrategia para la Igualdad de Género de Montevideo 2021-2025, fue elaborada de manera participativa con más de 400 participaciones en su diseño (organizaciones sociales y colectivos, funcionariado y direcciones políticas) y se constituye en la hoja de ruta política y técnica para la Intendencia de Montevideo y los Municipios.

La Estrategia se estructura en cinco ejes principales: Una vida libre de violencia de género y generaciones, Empoderamiento y autonomía de las mujeres, Derecho a la ciudad y al territorio, Cultura organizacional con igualdad de género y Transversalidad de género. Cada uno de estos ejes tiene objetivos generales, objetivos específicos y líneas de acción que dan marco a las metas que anualmente se integran a la planificación institucional[2]. A su vez, los cinco ejes están atravesados por tres miradas transversales: Territorio, Interseccionalidad y Participación.

En los últimos años varios fueron los avances en relación a la política transversal de igualdad de género de Montevideo.

La División Asesoría para la Igualdad de Género (DAIG) se jerarquizó, ascendiendo en el organigrama institucional, triplicando su presupuesto y logrando su participación en el gabinete de gobierno. En la actual gestión, la igualdad de género fue definida como un lineamiento estratégico en los procesos de planificación institucional y del presupuesto quinquenal y anual para los departamentos de la Intendencia de Montevideo y los municipios.

En el año 2022, se aprobó el Decreto departamental para la igualdad de género y no discriminación, teniendo como objetivo respaldar y consolidar la transversalización de la igualdad de género en las políticas de Montevideo, dando cumplimiento a los compromisos internacionales sobre derechos humanos y derechos de las mujeres suscritos por el Estado uruguayo y leyes nacionales.

El entramado para la igualdad de género se ha consolidado, con la creación de Unidades funcionales de género en áreas claves como Gestión Humana y con la designación de personas referentes de género en distintas dependencias, que facilitan la articulación de los equipos con las autoridades respectivas.

A su vez, se ha generado un mecanismo de monitoreo y rendición de cuentas anual y quinquenal de la política pública de igualdad de género, para visibilizar los avances y resultados en los distintos ejes de la Estrategia. La Intendencia de Montevideo viene trabajando para mejorar sus sistemas de información y en este marco se logró la creación en 2024 de un Observatorio de Datos en Igualdad de Género que promueve la transparencia en la gestión.

Para afianzar la política de transversalidad resulta fundamental contar con una estrategia de capacitación, formación y sensibilización permanente para el funcionariado y los cargos de conducción. Con este fin, en el 2024 se aprobó la creación de un Sistema de formación para la igualdad de género en la institución.

El proceso de transversalización de la igualdad de género requiere de una sociedad civil activa que plantee problemas, necesidades y propuestas, y a la vez pueda monitorear el cumplimiento de la política pública. Durante el período, se ha mantenido un diálogo permanente con las organizaciones de la sociedad civil, colectivos feministas, grupos de mujeres y disidencias, a través de distintas instancias. Su aporte ha sido fundamental en el diseño, gestión y evaluación de las políticas de igualdad de género, así como para pensar los desafíos futuros.

En estos años se ha hecho un esfuerzo por visibilizar los recursos financieros y los mecanismos presupuestales necesarios para potenciar la política de igualdad de género en la Intendencia de Montevideo. El compromiso institucional con el proceso de transversalidad de la igualdad de género tiene larga data, pero la tendencia es ir profundizando las acciones que permitan realizar transformaciones sostenibles y perdurables.

La última rendición quinquenal (marzo 2025), permite identificar desafíos y recomendaciones para dar continuidad a la política de igualdad de género de Montevideo[3]. La voluntad política, los recursos humanos y financieros, y una cultura organizacional favorable a la igualdad, constituyen tres pilares básicos para la consolidación de la política de transversalidad.


[1]1er. Plan de Igualdad de Oportunidades y Derechos (2002 – 2005), 2do. Plan de Igualdad de Igualdad de Oportunidades y Derechos entre mujeres y varones de Montevideo (2007-2011) , 3er. Plan de Igualdad de Género. Montevideo avanza en derechos sin discriminaciones (2014 – 2020)

[2] La EIGM contiene 15 objetivos generales, 36 objetivos específicos, 90 líneas de acción y 550 metas anuales promedio. Link a la Estrategia para la Igualdad de Género de Montevideo: https://bit.ly/4k9wtAO

[3]Link a Rendición de cuentas 2021-2024 de las políticas de igualdad de género de Montevideo: https://bit.ly/4dEc70c

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Ciudades CIDEU

De ciudades digitales a ciudades inteligentes: Modelo Unificado de Datos para la Municipalidad de San Martín

En un mundo donde la digitalización está redefiniendo la gestión pública, los gobiernos locales enfrentan el reto de transformar la inmensa cantidad de datos generados en conocimiento útil para mejorar la calidad de vida de la ciudadanía. Sin un enfoque estructurado, la tecnología puede quedar fragmentada en iniciativas aisladas, limitando su impacto y sostenibilidad a largo plazo.

La clave para una transición exitosa hacia una ciudad inteligente radica en la capacidad de los gobiernos locales de gestionar de manera integrada y eficiente la información de sus territorios. 

En este marco, la Municipalidad de San Martín ha desarrollado su propuesta para un Modelo Unificado de Datos,  una iniciativa que busca consolidar la transformación digital del municipio y avanzar hacia una ciudad verdaderamente inteligente. Este modelo unificado de datos se presenta como una solución estratégica para centralizar, analizar y utilizar estos datos con el objetivo de optimizar la toma de decisiones, mejorar la prestación de servicios y fomentar la participación ciudadana.

El Desafío: De Ciudades Digitales a Ciudades Inteligentes

Las ciudades digitales han avanzado en la incorporación de tecnología para la gestión urbana, pero muchas veces de manera fragmentada y sin una estrategia de integración a largo plazo. Este fenómeno ha llevado a que múltiples gobiernos locales enfrenten dificultades para coordinar sus sistemas de información, generando ineficiencia, duplicación de esfuerzos y pérdida de oportunidades en la gestión pública.

Para los/as líderes de gobiernos locales, el desafío no es sólo adoptar nuevas tecnologías, sino garantizar que estas trabajen en conjunto dentro de un marco coherente de gobernanza y sostenibilidad. La transición hacia una ciudad inteligente implica un cambio de paradigma en la administración municipal, donde los datos se convierten en el eje central para mejorar la planificación urbana, la seguridad, el transporte, la gestión ambiental y la eficiencia energética.

El siguiente gráfico ilustra la situación actual de los sistemas municipales de San Martín, evidenciando la fragmentación de la información. Actualmente, cada área opera con su propio ecosistema digital, generando silos de datos que dificultan la interoperabilidad y el análisis integral. 

Para los/as líderes de gobiernos locales, esta problemática presenta varios desafíos clave:

  1. Fragmentación de la información: El diagrama muestra una red dispersa de portales y sistemas que operan de forma independiente, lo que dificulta la coordinación entre áreas. Esto genera redundancia, falta de consistencia y problemas en la gestión de datos.
  2. Dificultad en la toma de decisiones basada en datos: Al no existir una integración efectiva entre sistemas como el Portal del Ciudadano, el Portal de Habilitaciones, el Sistema de Gestión Municipal y las plataformas de salud, es complejo obtener información precisa y en tiempo real para definir políticas públicas eficaces.
  3. Falta de interoperabilidad: La existencia de múltiples plataformas, como se refleja en la imagen, limita la posibilidad de generar un ecosistema de datos cohesionado. Sin un modelo unificado, los gobiernos locales se ven obligados a trabajar con sistemas inconexos, ralentizando los procesos administrativos y afectando la eficiencia operativa.
  4. Experiencia del ciudadano fragmentada: Los/as habitantes de San Martín deben interactuar con múltiples portales y sistemas para acceder a servicios municipales, lo que genera una experiencia desarticulada y poco intuitiva. La falta de un acceso centralizado afecta la confianza en la gestión pública y reduce la participación ciudadana.
  5. Seguridad y protección de datos: La existencia de numerosos sistemas independientes aumenta la vulnerabilidad frente a ciberataques y riesgos de fuga de información. Sin una estrategia de integración y seguridad unificada, la protección de los datos ciudadanos queda comprometida.

El Modelo Unificado de Datos de San Martín responde a este desafío con un enfoque holístico, que promueve la interoperabilidad entre sistemas municipales, la optimización de recursos y una toma de decisiones basada en datos en tiempo real.

Hacia un Modelo Unificado de Datos

Para superar estos desafíos, es fundamental avanzar hacia un modelo de datos unificado, que permita integrar los distintos sistemas municipales en una plataforma centralizada. 

Esto implica:

  • Desarrollar una arquitectura de datos interoperable, donde todos los sistemas municipales puedan compartir información en tiempo real sin perder su independencia funcional.
  • Implementar una estrategia de gobernanza de datos, estableciendo estándares y protocolos que aseguren la calidad, seguridad y privacidad de la información.
  • Optimizar la experiencia del ciudadano, ofreciendo un acceso único y centralizado a los servicios municipales a través de plataformas digitales intuitivas y eficientes.
  • Aprovechar el análisis de datos para la toma de decisiones, utilizando inteligencia artificial y analítica avanzada para detectar patrones, predecir necesidades y mejorar la planificación urbana.

Beneficios para una Transición Sostenible

La transición de una ciudad digital a una ciudad inteligente requiere un modelo de datos integrado que garantice la interoperabilidad entre los distintos sistemas municipales. Esto es crucial porque permite consolidar, analizar y aprovechar los datos de manera eficiente para la toma de decisiones basada en evidencia.

  • Mayor eficiencia en la gestión municipal: Optimización de recursos y reducción de costos operativos.
  • Mejor toma de decisiones: Información precisa y en tiempo real para políticas públicas basadas en evidencia.
  • Mejor calidad de vida para la ciudadanía: Servicios más accesibles, seguros y eficientes.
  • Desarrollo económico y atracción de inversiones: Fomento de un ecosistema de innovación y tecnología en la ciudad.

Conclusión

La transformación digital de las ciudades es un paso crucial, pero no suficiente para lograr una ciudad verdaderamente inteligente. La clave está en la integración, la interoperabilidad y la sostenibilidad de los datos. San Martín se posiciona como un referente en América Latina al impulsar un modelo de datos unificado, demostrando que la transición hacia ciudades inteligentes no solo es posible, sino también una necesidad urgente para el futuro urbano.

El desafío ahora es continuar fortaleciendo la gobernanza de datos, promoviendo la colaboración público-privada y garantizando que la tecnología esté siempre al servicio de la ciudadanía. La experiencia de San Martín en este camino será un ejemplo clave para otras ciudades que buscan avanzar hacia una gestión urbana más inteligente y sostenible.

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Movilidad

La movilidad urbana sostenible: un objetivo común, con desafíos compartidos

La movilidad urbana sostenible es un pilar fundamental en la agenda global del desarrollo urbano. Existen avances en distintos ámbitos como la tecnología, la gestión de datos y la academia que están a la vanguardia de las mejores prácticas y que parecieran mostrar una ruta clara para conseguir ciudades más sostenibles a través de su movilidad.

Sin embargo, a partir de los intercambios generados en la Microrred de Estrategias Urbanas de movilidad urbana sostenible de CIDEU se identificó que, pese a la disponibilidad de conocimiento y herramientas, lograr un sistema de movilidad sostenible sigue siendo una aspiración retadora en varios contextos latinoamericanos. Las ciudades de la región enfrentan desafíos estructurales que limitan su capacidad de aprovechar plenamente los avances actuales.

En este artículo se exploran cuatro desafíos clave que emergieron de estas conversaciones con las ciudades participantes de la microrred, con el objetivo de generar una reflexión colectiva que inspire ideas que permitan superar estas barreras, impulsando a las ciudades hacia un futuro más sostenible, inclusivo y resiliente.

Desfase entre patrones de crecimiento urbano y sistemas de movilidad

Aunque los planes estratégicos para lograr sistemas de movilidad sostenible son fundamentales, existen al menos dos tensiones clave que deben ser consideradas durante su formulación y ejecución.

Primero, las ciudades experimentan un crecimiento constante, lo que genera que los patrones de crecimiento urbano no siempre se alineen con los tiempos de implementación de las soluciones planteadas en estos planes y -en ocasiones- ni con sus trazados. En segundo lugar, aunque muchas ciudades cuentan con instrumentos de planificación urbana, se presenta una dificultad para armonizar los planes de desarrollo urbano con los de movilidad.

De esta manera, puede que la puesta en marcha de los planes resulte ser más lenta que el crecimiento propio de las ciudades, creando un desajuste que desconecta las zonas residenciales, comerciales e industriales de las infraestructuras de movilidad que se planean. Adicionalmente, el reto de la coordinación institucional entre planes podría dar lugar a sistemas de transporte que resultan en una integración deficiente de los diferentes modos de transporte frente a las necesidades de los/as habitantes de las ciudades.

En respuesta a este desafío, las ciudades diseñan elementos que pueden contribuir a gestionarlos. Por ejemplo, la ciudad de Puebla, además de tener el Programa de Movilidad Sostenible  ha contado con un cronograma anual detallado que les ha permitido cumplir hitos a través de los años. Por su parte, Bogotá, desde el 2021, se esforzó por incorporar la visión estratégica de movilidad en el instrumento de planificación territorial aprobado y de manera célere logró formular y aprobar, su Plan de Movilidad Sostenible y Segura, con lo que esperan tener un desarrollo coordinado y armonizado.

Aterrizar los beneficios de una movilidad urbana sostenible para la ciudadanía

En la mayoría de las sesiones de la microrred hubo una constante interrogante sobre cómo lograr el apoyo de la ciudadanía a las soluciones de movilidad sostenible, puntualmente de aquellas que buscan una redistribución del espacio público, dando más espacio a la movilidad peatonal y de ciclistas. Además, se evidencia una resistencia de gremios de transporte en algunas ciudades, y también de los/as usuarios/as al no querer cambiar sus hábitos de movilidad, con una fuerte preferencia por ser recogidos y dejados en la puerta de sus destinos, lo que complican aún más los esfuerzos de desincentivar el uso de vehículos privados.

En respuesta, se destacó la importancia de trabajar con colectivos ciudadanos que puedan brindar soporte a las iniciativas que emprenden las municipalidades. También, se destacó la educación como elemento clave para fomentar un cambio cultural hacía una movilidad más sostenible. Adicionalmente, se reflexionó sobre la importancia de que los modos más sostenibles también mejoren los tiempos de viaje ya que en la experiencia de São Paulo, en la ciudadanía prevalece el llegar rápido a sus hogares sobre las externalidades negativas que tienen los modos de transporte que funcionan mediante combustibles fósiles.

Dificultades para estructurar sistemas de datos útiles y eficaces

Uno de los principales desafíos en el contexto latinoamericano es la recolección de datos sin un propósito claro, lo que lleva a la acumulación de información que no responde a problemas específicos ni contribuye a decisiones efectivas. Además, los datos obtenidos suelen carecer de representatividad, ya que frecuentemente se limitan a las realidades de áreas urbanas centrales o de usuarios del transporte formal, dejando fuera a sectores vulnerables como las zonas rurales o periurbanas. Esta falta de representatividad puede distorsionar los diagnósticos y las políticas públicas, al no reflejar las necesidades de toda la población.

Otro error recurrente es el uso de datos desactualizados o inconsistentes, lo que lleva a tomar decisiones basadas en patrones que ya no corresponden a las dinámicas actuales de las ciudades. A esto se suma la dependencia excesiva de tecnologías externas, como los datos de telefonía móvil o GPS, sin calibrarlos con información local. Esta desconexión entre los datos y la realidad local puede generar diagnósticos erróneos y decisiones ineficaces, lo que resalta la necesidad de una mayor integración entre las fuentes de datos externas y las realidades urbanas específicas.

Por último, otro desafío crítico es la desconexión entre la recolección de datos y la implementación de políticas, debido a la falta de capacidades técnicas o de coordinación entre instituciones. Esto provoca que la información recolectada no se traduzca en acciones concretas. Además, la tendencia a priorizar la cantidad sobre la calidad de los datos diluye los esfuerzos y reduce la efectividad de las herramientas utilizadas para la toma de decisiones. Este panorama subraya la necesidad de un enfoque más estratégico y coordinado en la recolección, análisis y uso de datos para la movilidad urbana en la región.

La visión de largo plazo versus los cambios en liderazgos políticos

Otro desafío para la movilidad urbana sostenible es garantizar la continuidad de los proyectos a pesar de los cambios en los liderazgos políticos. La transición de un gobierno a otro, especialmente en ciclos de cuatro años, puede interrumpir o desviar los planes establecidos, afectando la ejecución de proyectos de infraestructura y políticas de movilidad. Otra forma en la que se expresa este desafío es la fragmentación entre las visiones políticas de diferentes niveles de gobierno, especialmente para proyectos de gran envergadura, como sistemas de transporte público, concesiones de transporte o incluso para la implementación de infraestructura energética, lo que requiere coordinación a escala estatal, metropolitana o federal.

Para contrarrestar estas interrupciones, algunas ciudades han implementado diferentes estrategias. En Colombia, por ejemplo, la alineación de los ciclos electorales entre el nivel nacional y local permite presentar propuestas antes de las elecciones locales, generando en ocasiones un respaldo programático que trasciende los cambios políticos, sin embargo, esto no sucede en todos los casos. Por su parte, Lima ha desarrollado normativas específicas que clasifican y regulan las redes de ciclovías, asegurando su desarrollo continuo independientemente de las administraciones. Finalmente, la ciudad de Puebla enfatizó en la importancia de identificar y trabajar con sectores de la ciudadanía que estén de acuerdo con las políticas de movilidad sostenible, creando un consenso social que respalde las iniciativas de movilidad sostenible, fomentando y exigiendo su continuidad en el tiempo.

Conclusión: la importancia del aprendizaje colectivo

Los desafíos identificados en la búsqueda de una movilidad urbana sostenible son también oportunidades para repensar cómo se planifican, implementan y dan continuidad a las soluciones en las ciudades de América Latina. A pesar de las barreras estructurales, la experiencia de distintas ciudades demuestra que es posible generar ajustes o avances cuando se alinean la planificación urbana y la movilidad, se construye confianza con la ciudadanía, se aprovecha estratégicamente la información y se consolidan políticas a largo plazo.

También es relevante rescatar el papel de los y las servidoras públicas de las ciudades. Si bien los vaivenes políticos son una preocupación común, también lo es la intención de avanzar hacia una movilidad más limpia. Esto debería reconocerse como una ganancia que ha permitido la implementación y sostenibilidad de proyectos y planes a lo largo del tiempo.

Para ello, es clave seguir promoviendo espacios de aprendizaje entre pares que permitan el intercambio de experiencias y lecciones aprendidas entre ciudades. La Microrred de Movilidad Urbana Sostenible ha demostrado que compartir aciertos y errores puede acelerar la implementación de soluciones adaptadas a cada contexto. Construir sobre el conocimiento colectivo fortalece la capacidad de respuesta de las ciudades y abre nuevas oportunidades para seguir avanzando hacia una movilidad urbana más sostenible e inclusiva.

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