Antioquia es uno de los departamentos con mayor índice de competitividad de Colombia, de acuerdo con los datos del Consejo Privado de Competitividad y la Universidad del Rosario para 2023. Este territorio tiene la fortuna de haberse construido en tierra fértil, rica en minerales y rodeada de lo verde de sus montañas, ríos caudalosos y de una gran extensión de mar. Esto sumado a las capacidades territoriales desarrolladas en medio de la construcción del Plan Estratégico Agenda Antioquia 2040, que busca posicionarse como el Corazón Verde de América, plantea una visión que respaldada por más de 110 mil ciudadanos presenta entre varios componentes la propuesta de un nuevo modelo de desarrollo territorial que busca el equilibrio y potenciar las capacidades de cada territorio para hacer de Antioquia el lugar soñado.
Para ello, la planificación integral es una herramienta fundamental que permite avanzar en la superación de los grandes retos que tiene desde lo ambiental, social y económico y hacer de Antioquia un departamento de referencia nacional e internacional.
En respuesta de ello surge el Laboratorio de Vida, una propuesta innovadora para mejorar las condiciones de territorios mineros en las subregiones Bajo Cauca y el Nordeste, con apuestas muy importantes en educación y formación del capital humano, creación del distrito minero, el distrito del maíz, la formalización y la regeneración territorial, que directamente debe permitir enfrentar el desafío de años de deforestación en estos lugares del departamento.
La paradoja del oro
En muchos de los territorios colombianos el oro es un fenómeno complejo y contradictorio. Por un lado, ha sido una fuente de riqueza y desarrollo económico para el país, atrayendo inversiones y generando empleo. Sin embargo, también ha sido origen de conflictos sociales y ambientales debido a la explotación ilegal de recursos, la contaminación de los ríos y la deforestación.
En muchos de los territorios colombianos el oro es un fenómeno complejo y contradictorio. Por un lado, ha sido una fuente de riqueza y desarrollo económico para el país, atrayendo inversiones y generando empleo. Sin embargo, también ha sido origen de conflictos sociales y ambientales debido a la explotación ilegal de recursos, la contaminación de los ríos y la deforestación.
En las subregiones Bajo Cauca y Nordeste se extrae el 74% del oro del Departamento, equivalente al 56% de la producción total del país, situación que lo posicionan en un escenario de gran riqueza mineral. Pero, al mismo tiempo, en estos territorios existen altos niveles de pobreza, violencia e inseguridad con deficiencias acceso a servicios y oportunidades básicas. Por ejemplo, la incidencia de la pobreza monetaria extrema en el Bajo Cauca es 7,92%, el doble que, en el resto de Antioquia, que equivale a 3,98%. Es decir, por cada persona con pobreza monetaria extrema en el resto de Antioquia hay dos más, en Bajo Cauca.
Para abordar esta paradoja, es fundamental promover la competitividad sostenible, la utilización de tecnologías más limpias y el trabajo articulado con las comunidades locales para recoger los saberes ancestrales, aprovechar los beneficios económicos del oro de manera sostenible y equitativa, sin comprometer el bienestar de las comunidades y el entorno natural. De ahí, la necesidad de fomentar la diversificación económica en las regiones mineras, para reducir la dependencia exclusiva del oro como fuente de ingresos.
De esa manera, nos enfrentamos a grandes retos desde la planificación y gestión estratégica de este territorio que implican repensar la estrategia de gobernanza, desde el cómo integrar y articular los diferentes procesos de desarrollo territorial para los veinte (20) municipios que componen esta subregiones, así como articular los diferentes niveles de gobierno presentes y atender los conflictos de competencias, armonizar los intereses sectoriales en términos de productividad y sostenibilidad ambiental y congregar y vincular al sector privado y público en estrategias de investigación y búsqueda de soluciones a los profundos conflictos estructurales subyacentes desde el punto de vista ambiental, social y económico.
Así surge el laboratorio de vida. Se establece como objetivo principal y mayor premisa de este Plan el respeto y protección de la vida, en todas sus formas y manifestaciones; el reconocimiento de las oportunidades del territorio y el cierre de las brechas poblacionales y territoriales del desarrollo y de esa forma, impulsar los procesos de transformación social y cultural de la sociedad, a partir de escenarios de participación donde los diferentes actores se consideran fuente de co-creación del desarrollo territorial.
Laboratorio de Vida
Consolidar un territorio en equilibrio, que logre revitalizarse y regenerarse a partir del desarrollo económico como su riqueza ecosistémica, además de impulsar la convergencia institucional para resignificar un modelo de gobernanza que trascienda el corto plazo y se establezca de forma permanente en el territorio, son grandes objetivos del Laboratorio de Vida.
Esta estrategia se consolida como el instrumento que localiza y pone en valor las voces ciudadanas de las subregiones del Bajo Cauca, Nordeste e incluso Norte que durante los diálogos de la Agenda Antioquia 2040 propusieron que su región fuera reconocida en el largo plazo como regiones de vida y con ello demandan educación, desarrollo rural, productividad y cuidado del medio ambiente, protección de la vida, justicia, libertad, un territorio de paz y feliz. Por ello, el Laboratorio de Vida plantea en cinco líneas estratégicas consolidar un territorio sostenible, equitativo y en paz, que ponga la vida en el centro y avance integralmente a la implementación de proyectos en el ámbito socioeconómico, de infraestructura, educación, cultura, medio ambiente, seguridad y productividad.
Dichas líneas estratégicas incorporan las principales confluencias en la caracterización, entre las debilidades, necesidades, demandas, potencialidades y desafíos, identificadas durante los diálogos de la Agenda Antioquia 2040 y los distintos espacios de movilización permitiendo de esta manera focalizar la actuación integral en este territorio. Así mismo de acuerdo con el propósito y objetivo de cada línea, se definen programas y proyectos, los cuales bajo un enfoque participativo y de innovación social, priorizan las acciones específicas a implementar. Actualmente el Laboratorio de vida avanza en la implementación de proyectos previstos para el corto plazo con una inversión de más de $267.583 millones de pesos colombianos.
- Educación para la vida
- Condiciones de vida digna
- Seguridad humana, convivencia y paz
- Hábitat en equilibrio
- Economía productiva integral
Adicional, se activó un grupo gestor en el territorio desde donde se asume el funcionamiento a corto, mediano y largo plazo del Laboratorio de Vida, el cual a través de metodologías participativas trabaja en la actualización el reconocimiento de las dinámicas territoriales, gestiona permanentemente el banco de iniciativas y consolida la formulación colectiva de los proyectos estratégicos de impacto regional que dinamiza esta apuesta.
Dos proyectos a resaltar del laboratorio son:
1) Aulas Vivas. Se planta como un aula móvil para potenciar una cultura regenerativa que incluye Eco Parcelas experimentales demostrativas y un multicampus agroproductivo en Yalí. Se busca así el fortalecimiento de emprendimientos enfocados en la apicultura y meliponicultura por medio de aulas y auditorios, zonas de cultivo y espacios de aprendizaje al aire libre con el último fin de avanzar en el cierre de brechas entre las zonas rurales y urbanas.
2) Multicampus agroindustrial en el Municipio de Anorí. Proyecto estratégico que contempla senderos multipropósito, equipamientos culturales, educativos y de servicio, zonas de aprendizaje agroecológico al aire libre y zonas de esparcimiento, contemplación y concientización del paisaje del Nordeste de Antioquia. Este proyecto tiene el propósito de fomentar en la región la cultura regenerativa que potencie procesos ambientales existentes y sea un espacio óptimo para promover iniciativas como las Huerta-escuela para avanzar en el cierre de brechas entre las zonas rural y urbana el fortalecimiento de la seguridad alimentaria del territorio y potenciación de capacidades y habilidades para la vida y el liderazgo.
Para concluir, el Laboratorio de Vida se pretende desarrollar desde un enfoque de innovación social y con ello permitir siempre que, a través del diálogo sectorial, interinstitucional y comunitario se articulen los recursos, ideas y estrategias para hacer frente a dificultades y generar las transformaciones que se necesitan.