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¿Cómo puede ayudar la recuperación de plusvalías a la materialización de la planificación estratégica urbana?

En 1994, Donald Shoup, un reconocido investigador estadounidense, describió una anomalía fundamental en la relación entre las políticas de suelo urbano y la generación de infraestructura pública: “¿Por qué es tan difícil financiar una infraestructura pública que eleva el valor de la tierra servida mucho más que el costo de la propia infraestructura? (Shoup, 1994, p. 236). Casi tres décadas después, dicha anomalía continúa presente en las ciudades iberoamericanas y tiene una estrecha relación tanto con la recuperación de plusvalías urbanas como con la Planificación Estratégica Urbana, ya que muchos gobiernos locales, al implantar proyectos estratégicos de infraestructura urbana, invierten una gran cantidad de recursos públicos que, a pesar que pueden generar diversos impactos positivos en las áreas estratégicas sobre las que se pretende intervenir (CIDEU, 2018), en la mayoría de los casos también producen un aumento significativo en el valor en los suelos urbanos donde se implantan. Pero, vale preguntarse: ¿Cuál es la anomalía presente en esta situación?

Uno de los defectos o fallas que se presenta en los mercados de suelo urbano en las ciudades iberoamericanas es el enriquecimiento sin justa causa que se materializa en el momento en que el Estado, representado por los gobiernos locales, no recupera los incrementos en el valor de los terrenos urbanos que son generados por actuaciones propias de la función pública del urbanismo, tales como la construcción de obras públicas, la modificación de normas urbanísticas que permiten la incorporación de terrenos rurales al perímetro urbano, el aumento de la edificabilidad y el desarrollo de usos más rentables. De esta manera, las municipalidades desaprovechan el enorme potencial que representa articular adecuadamente las políticas urbanas, la recuperación de plusvalías y la gestión de la estrategia urbana.

A pesar que lo descrito anteriormente es una característica general del desarrollo urbano en América Latina (Jaramillo, 2008), algunas ciudades en Brasil y Colombia han podido superar estas anomalías utilizando instrumentos de recuperación de plusvalías para financiar nuevas intervenciones estratégicas. Uno de los casos más sobresalientes es el de la ciudad brasileña de Sao Paulo, en la que a través de una adecuada y continuada articulación entre políticas urbanas e implementación de mecanismos de captura de valor de suelo relacionados con la venta de derechos de construcción (como los Certificados de Potencial Adicional de Construcción –CEPAC– utilizados en las Operaciones Urbanas Consorciadas –OUC– y la Otorga Onerosa del Derecho de Construir –OODC– implementada en buena parte del área urbana), ha permitido recaudar más de 2.000 millones de dólares entre 2001 y 2017 (Pérez-Moreno, 2018, p. 270) y asegurar la financiación de más 8.000 viviendas de interés social como resultado de las OUC, de las cuales casi 2.000 estaban construidas en 2016 (Pérez-Moreno, 2016, p. 13).

Otras de las ciudades en las que se han utilizado instrumentos de recuperación de plusvalías urbanas para impulsar iniciativas estratégicas son Bogotá y Medellín, en Colombia. Estas dos ciudades tienen una larga tradición de utilización de la contribución de valorización. En Medellín, este instrumento se utilizó para financiar una buena parte de la infraestructura vial de la ciudad durante el siglo XX (Borrero, 2014) y continúa utilizándose para tal fin. Adicionalmente, desde el año 2003, en Bogotá se implementó el cobro de la participación en plusvalía, un mecanismo estipulado en la legislación colombiana que permite capturar hasta un 50% del incremento en el valor del suelo generado por las alteraciones en la normativa urbanística y por la construcción de obras públicas. Mediante este instrumento, hasta 2016, la ciudad había recuperado más de 12 millones de dólares (Pérez-Moreno, 2018, p. 216). Instrumentos como el reajuste de terrenos, utilizado en Colombia en el marco de los denominados Planes Parciales, también fueron implementados en Bogotá desde 2003, permitiendo convertir los incrementos en el valor del suelo resultantes del mismo proceso de urbanización en cargas urbanísticas, tales como la cesión gratuita de suelo y la construcción de vías, parques y equipamientos, así como la obligación de destinar el suelo y construir viviendas de interés social.

Estos son apenas dos casos que demuestran que la adecuada articulación entre políticas urbanas, recuperación de plusvalías y planificación estratégica urbana tiene un enorme potencial para transformar la calidad de vida de nuestras ciudades. Además, juega un papel fundamental en la materialización del proyecto de ciudad que se define colectivamente en el marco de los criterios de concurrencia y gobernanza que deben regir la planificación estratégica de la ciudad (CIDEU, 2018).

Referencias.

Borrero, O. (2014). La contribución de valorización o mejoras en la experiencia Colombiana: Revisitando prejuicios. En: Smolka, M.; Furtado, F. (Ed.) Instrumentos notables de políticas de suelo en América Latina. Ecuador: Lincoln Institute of Land Policy (pp. 23-29).  Recuperado de https://www.lincolninst.edu/sites/default/files/pubfiles/instrumentos-notables-politicas-de-suelo-america-latina-full_0.pdf

Jaramillo, S. (2008). Reflexiones sobre la “informalidad” fundiaria como peculiaridad de los mercados del suelo en las ciudades de América Latina. Revista Territorios, (vol. 18), 11-53.

Pérez-Moreno, O. (2016). As Operações Urbanas Consorciadas em São Paulo e a materialização de justiça socioespacial por meio da construção de Habitação de Interesse Social entre 2001 e 2016.  IV Encontro da Associação Nacional de Pesquisa e Pós-Graduação em Arquitetura e Urbanismo – (ENANPARQ). Porto Alegre, Brasil. Recuperado de https://enanparq2016.files.wordpress.com/2016/09/s40-05-perez-o.pdf

Pérez-Moreno, O. (2018). A recuperação de mais-valias fundiárias urbanas e a materialização de justiça socioespacial em Bogotá e São Paulo: Um objetivo, dois casos e um resultado (Tesis Doctoral en Arquitectura y Urbanismo). Universidade Federal Fluminense, Niterói, Rio de Janeiro.

Shoup, D. (1994). Is underinvestment in public infrastructure an anomaly? En: Jones, G.; Ward, P. (Ed.) Methodology for land and housing market analysis, Cambridge, MA: Lincoln Institute of Land Policy. London: UCL Press.

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Ciudades, Urbanismo Inclusivo

La ciudad feminista

Una ciudad feminista es una ciudad donde caben todas las personas, sin dejar a nadie atrás. Es una ciudad construida con la mirada de las mujeres, no solo para incorporar las necesidades de las mujeres en el diseño urbano, sino porque la mirada de las mujeres integra la mirada de la comunidad y de los cuidados. Observar la ciudad con ojos de mujer es fijarse en las calles por las que no puede pasar una silla de ruedas, un cochecito de bebé o una persona mayor, porque normalmente son mujeres quienes acompañan y cuidan a estas personas. Es darse cuenta de dónde falta un banco para poder estar atenta a los niños mientras juegan. En definitiva, construir la ciudad con mirada feminista es transformar la ciudad para poner la vida en el centro.

Durante demasiado tiempo, las ciudades se han construido alrededor de dos figuras: el coche privado y el hombre de clase media, profesional que aparentemente no depende de nadie más que de él mismo. Esto es una gran mentira, porque todas las personas somos vulnerables e interdependientes. Ese hombre profesional que recorre la ciudad en su coche no podría hacerlo sin el trabajo invisible de cuidados que realizan las mujeres, sobre todo las de clases populares. Una ciudad feminista pone en el centro a estas personas, y a todas las que lo necesitan, con servicios públicos amplios que atiendan las necesidades básicas de alimentación, salud, educación y vivienda, derechos cada vez más cuestionados por los gobiernos neoliberales de varios países de la esfera iberoamericana. Ante unos estados que a menudo renuncian a su responsabilidad de garantizar los derechos de la ciudadanía, las ciudades están asumiendo un rol central como espacios de cuidado y protección de derechos civiles y sociales, sobre todos de colectivos como el LGTBI o de aquellos vecinos y vecinas migrantes que no tienen reconocidos los derechos de ciudadanía del país en el que viven y trabajan.

La ciudad feminista también es una ciudad que protege el medio ambiente, porque es la base material sobre la que se desarrollan nuestras vidas. Las ciudades concentran a una proporción cada vez mayor de la población mundial y producen gran parte de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, que han provocado la actual emergencia climática. Además, consumen masivamente recursos energéticos, alimentarios y de otros tipos que provienen de las zonas rurales. La buena noticia es que las ciudades pueden pasar de ser parte del problema a ser parte de la solución, y algunas ya lo están haciendo. Promover el transporte público y reducir el privado, peatonalizar calles o incrementar los puestos de trabajo en el sector de los cuidados – bajo en emisiones contaminantes – son ejemplos de políticas feministas que mejoran la vida de las personas y además reducen la huella ecológica de las ciudades.

Organizaciones como CIDEU son centrales para promover los cambios que necesitan nuestras ciudades, porque promueven el intercambio de conocimientos sobre problemas comunes y buenas prácticas para resolverlos. El siglo XXI ya es el siglo de las ciudades, hagamos que sea el siglo de las ciudades feministas.

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#CIDEUseRenueva

CIDEU se renueva!

En el último año, en CIDEU iniciamos una dinámica de reflexión interna con el objetivo de definir una ruta de acción que nos permita fortalecer la red, para estar en mejores condiciones de apoyar a nuestras ciudades a responder a los importantes desafíos que enfrentan cada día.

El resultado es un proceso de renovación que trae nuevas alianzas, nuevos proyectos, nuevos espacios de colaboración, y con ello, más y mejores beneficios para las ciudades de la red. Para compartirlo, hemos lanzado la campaña #CIDEUseRenueva, en el marco de la celebración de nuestro 26 aniversario.

CIDEU refuerza su razón de ser: compartir y promover el pensamiento estratégico urbano, y lo hace articulándose como un laboratorio de estrategias urbanas, conformado por una red de ciudades y personas, un Campus de Estrategas Urbanos, donde se construye el pensamiento estratégico, y un taller de prácticas innovadoras, a través del cual se desarrollarán nuevas modalidades de cooperación entre las ciudades.

La intención de renovación se representa a través de una nueva imagen institucional. El nuevo logotipo incorpora un símbolo, que muestra dinamismo, fuerza, movimiento, en la forma de semicírculos que evocan al icono de centro ciudad. La diversidad de segmentos simboliza una red donde convergen ciudades con realidades distintas, pero con un norte común, que trabajan unidas aprovechando sus diferencias. Hemos incorporado una tipografía más moderna, y con la combinación de azul y coral imprimimos al logotipo un aire más actual, humano, fresco y diferenciador.

El cambio de imagen se puede apreciar en nuestras redes sociales, y principalmente en la página web cideu.org. Además de incorporar la nueva imagen de CIDEU, la web se ha reestructurado y se han renovado algunos contenidos, para facilitar la incorporación de nuevos espacios para la gestión del conocimiento y la interrelación entre quienes formamos la red.

Desde la web podrás conocer la oferta formativa del nuevo Campus de Estrategas Urbanos que se realiza en un aula virtual renovada, con una versión actualizada de Moodle. Una de las novedades que encontrarás en este apartado es la Cápsula Formativa sobre Pensamiento Estratégico Urbano, formación gratuita en la que ya puedes formalizar tu inscripción. También puedes inscribirte a uno de los Talleres de Especialización que iniciarán el próximo mes de febrero de 2020. Para el primer cuatrimestre del año se ofrecerá la 15º edición del Programa de Especialización en Pensamiento Estratégico Urbano, en una versión actualizada.

Finalmente, estamos reactivando el blog de CIDEU, que a partir de hoy será la voz de los y las estrategas urbanos, y de todo aquel que tenga algo que aportar al arte de gestionar la estrategia en las ciudades. Esto es solo el comienzo. Queda mucho más por construir, y lo haremos entre todos y todas. Contamos contigo!

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